El escándalo de la “kisscam” de Coldplay, que mostró a una pareja pillada en pleno acto de infidelidad y que se volvió viral en las redes, ha tomado un giro inesperado. Lo que parecía un simple clip de cámara oculta se ha convertido en un drama personal que dice mucho sobre la vida de los involucrados: Kristin Cabot y su marido, Andrew.
¿Qué ocurrió con el esposo de Kristin Cabot?
Según un nuevo informe del prestigioso medio The Times, la verdad detrás del escándalo sacudió internet la semana pasada cuando Cabot y Andy Byron fueron captados en una escena romántica durante el concierto de Coldplay. Lo curioso es que, al parecer, ese momento no fue tan espontáneo como se dio a entender.
Una fuente cercana a la pareja asegura que Kristin Cabot y su esposo Andrew ya llevaban separadas unas semanas antes del bochornoso incidente. La ruptura, según indican, habría sido de mutuo acuerdo y, aunque el proceso de divorcio se inició después del concierto, la relación ya estaba en pausa.
Lo que sorprende aún más es que, según el mismo medio, Andrew también asistió al concierto, pero en una zona distinta y acompañado de su actual novia. En otras palabras, mientras la cámara capturaba a la pareja de Cabot, el marido estaba disfrutando del espectáculo con otra compañía.
El silencio de Andrew y la reacción de la prensa
The Times cita a la publicación diciendo: “La gente que está en medio de un divorcio no puede hacer declaraciones públicas”. Ese comentario explica el mutismo de Andrew, quien no ha salido en defensa de Cabot ni ha ofrecido explicaciones al público. La ausencia de declaraciones sugiere que ambos prefieren manejar la situación en la esfera privada, aunque la noticia haya explotado en redes.
Kristin Cabot se retira de la vida pública
En medio de los memes y los comentarios mordaces, Kristin Cabot ha decidido alejarse por completo de la vida pública. El diario informa que, durante semanas, la actriz apenas ha salido de su casa en New Hampshire, intentando proteger a sus hijos del escándalo. El acoso ha llegado a tal punto que la actriz ha recibido amenazas de muerte y, como se ha confirmado, perdió su empleo tras la difusión de la supuesta infidelidad.
La fuente cercana concluye que la actriz simplemente tuvo “muy, muy mala suerte” y que cualquier persona podría verse envuelta en una situación similar en un abrir y cerrar de ojos. Este episodio muestra que, detrás de cada historia viral, hay vidas reales y que la verdad suele ser mucho más matizada de lo que parece a simple vista. —un recordatorio de que el espectáculo de los famosos no siempre es tan brillante como la pantalla lo pinta.