Washington / 15 de octubre de 2025. - El presidente Donald Trump lanzó el martes una advertencia firme a Hamás tras el alto el fuego pactado en Gaza: dijo que el grupo debe desarmarse voluntariamente "o los desarmaremos", y añadió que la acción podría realizarse "rápida y quizás violentamente".
En una breve declaración ante la prensa, Trump aseguró que había recibido garantías verbales de partes vinculadas a Hamás sobre su intención de desarmarse en el marco de un plan de paz de 20 puntos que él promovió, pero recalcó que, si esa desmilitarización no se concreta, Estados Unidos -junto a aliados- intervendrá para forzarla. "Si no se desarman, los desarmaremos. Y ocurrirá rápidamente y quizás violentamente", dijo, sin entrar en detalles operativos sobre el cómo.
La declaración llega después de un acuerdo temporal que incluyó la entrega de algunos rehenes por parte de Hamás y la liberación de detenidos por Israel, pero también en medio de denuncias de incumplimientos y actos de violencia que han puesto en riesgo la continuidad del proceso. Funcionarios estadounidenses y aliados han presentado la desmilitarización de Hamás como una condición clave para una paz duradera, pero analistas advierten que implementarla en la práctica plantea enormes desafíos políticos y de seguridad.
Reacciones políticas y diplomáticas fueron inmediatas: líderes israelíes saludaron el énfasis en la desmilitarización como una prioridad para evitar futuros ataques desde Gaza, mientras que actores internacionales urgieron a evitar escaladas que pongan en riesgo la entrega de ayuda humanitaria y la protección de civiles. Expertos en seguridad señalan que la idea de "desarmar" a una organización insurgente exige operaciones complejas de inteligencia, vigilancia, y -en muchos casos- presencia en el terreno o procesos sostenidos de rendición de armas y reintegración.
El gobierno estadounidense no ofreció en sus declaraciones públicas un plan operativo claro ni un mandato legal detallado para llevar a cabo esa desmilitarización forzada, y algunos analistas subrayaron el riesgo de que una acción precipitada derive en más violencia o en vacío de autoridad que otras facciones podrían explotar. Mientras tanto, organismos humanitarios advirtieron que cualquier operación militar en Gaza complicaría aún más la ya frágil situación humanitaria en la Franja.
¿Qué sigue?
La implementación de la desmilitarización reclamada por Trump dependerá de negociaciones diplomáticas, del papel de mediadores regionales (como Egipto y Qatar) y de la verificación sobre el terreno. Si Hamás acepta formalmente entregarse a un proceso de desarme y administración transitoria, podría abrirse una ventana para la reconstrucción y la supervisión internacional; de lo contrario, la amenaza presidencial plantea la posibilidad de nuevas intervenciones que, según analistas, tendrían consecuencias imprevisibles para la región.