El presidente Donald Trump ordenó el despliegue de 400 miembros de la Guardia Nacional de Texas hacia otros estados, incluyendo Oregón e Illinois, según informaron en redes sociales los gobernadores de esas entidades el domingo pasado. Sin embargo, esa misma noche, un juez federal emitió una orden provisional que detenía temporalmente el movimiento de las unidades de la Guardia Nacional de cualquier estado hacia Oregón. Además, el gobernador de Illinois anunció al día siguiente que interpuso una demanda para frenar el despliegue en su territorio.
Fue en la noche del domingo cuando el gobernador de Illinois, JB Pritzker -quien es demócrata- dio a conocer la decisión del gobierno federal, criticando que nadie del equipo del presidente había dialogado para coordinar el retiro de las tropas. Lo calificó como una "invasión de Trump" y solicitó al gobernador de Texas, Greg Abbott, que reconsiderara el apoyo a esa acción.
La noticia del despliegue surgió en medio de varias protestas en instalaciones de ICE, en estos estados, algunas de las cuales culminaron con arrestos. En Texas, la tensión también aumentó el mes pasado, cuando una balacera en una sede de ICE en Dallas dejó dos migrantes muertos y otro herido.
Menos de una hora después, Abbott respondió en X (antes conocido como Twitter), manifestando que "autoriza plenamente" esas operaciones. "Puedes hacer cumplir la protección de los empleados federales o simplemente retirarte y dejar que la Guardia de Texas asuma esa responsabilidad", afirmó en su mensaje.
Por su parte, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, informó en un memorando que el despliegue de la Guardia de Texas tendría una vigencia inicial de 60 días, y que podría extenderse según las necesidades, incluyendo ciudades como Portland y Chicago. Sin embargo -y aquí reside la incertidumbre- aún no está claro qué sucederá con esa movilización, pues un juez federal dio una orden provisional para bloquear el envío de tropas a Oregón, según reportó la agencia AP.
La oficina de Abbott no ha respondido, hasta ahora, a las consultas realizadas por The Texas Tribune. No es la primera vez que Abbott autoriza el uso de la Guardia Nacional en los últimos años;, a principios de este año, otorgó a esa fuerza la autoridad para hacer arrestos relacionados con inmigración, en un acuerdo con la administración Trump, que permitía a los efectivos colaborar en la detención y deportación de inmigrantes indocumentados.
Asimismo, en junio, desplegó a más de 5,000 miembros de la Guardia en zonas donde se protestaba contra redadas y deportaciones migratorias. Abbott advirtió en ese momento que "cualquier persona que participe en actos violentos o cause daños a la propiedad será arrestada y responsable ante la ley".
Antes incluso de que Trump comenzara su segundo mandato, Abbott había enviado cerca de 10,000 efectivos de la Guardia de Texas a la frontera entre EE. UU. y México, como parte de la Operación Lone Star, una iniciativa para fortalecer la seguridad en ese paso estratégico.
"Texas sigue contando con miles de efectivos en la frontera, ayudando a mantener la seguridad en toda la región", afirmó Abbott en su publicación del domingo pasado.