Washington, 28 oct (EFE/Air Force Times).- El proyecto F-47, adjudicado a Boeing en marzo de 2025 bajo el programa Next Generation Air Dominance (NGAD) de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF), representa el pináculo de la aviación de combate moderna, diseñado para garantizar la dominancia aérea estadounidense frente a amenazas avanzadas como las de China, integrando sigilo superior, velocidad supersónica y enjambres de drones autónomos.
El F-47, sucesor del F-22 Raptor, es un caza de sexta generación que combina agilidad de interceptor con capacidades de sigilo comparables a un bombardero, permitiendo operaciones invisibles para radares enemigos.
Capaz de superar Mach 2 (más de 2.400 km/h), incorpora motores avanzados, inteligencia artificial para toma de decisiones en tiempo real y control de "drones colaborativos" como wingmen, que amplifican su letalidad sin exponer al piloto. Su insignia filtrada apunta explícitamente a contrarrestar rivales asiáticos, enfatizando un "Indo-Pacífico libre" mediante superioridad tecnológica.
La USAF confirmó que el primer prototipo ya se construye y volará en 2028, con producción inicial para la década de 2030. Bajo la administración Trump, el programa prioriza eficiencia sobre el F-35, reduciendo adquisiciones de este último para invertir en innovación. Expertos destacan su rol en escenarios de alta intensidad, donde la fusión de sensores y redes autónomas neutralizará defensas integradas enemigas, manteniendo la hegemonía aérea de EE.UU. por décadas.
El desarrollo, impulsado por X-planes de DARPA, subraya la transición a combates AI-dirigidos, donde el F-47 no solo detecta, sino que anticipa y domina el espacio aéreo.
