Los vehículos del mañana ya están aquí, pero sus dueños siguen sin pillarlos del todo. Los fabricantes han cargado los coches con Sistemas Avanzados de Asistencia al Conductor (ADAS) para evitar choques y hacer la marcha más cómoda. Sin embargo, la realidad es que muchos conductores no saben ni por dónde empezar, los usan a destiempo o, peor aún, los ignoran por completo.
Lo que dice la investigación de J.D. Power
Una encuesta reciente de J.D. Power reveló que, sin una estrategia clara de educación, estas herramientas nunca alcanzarán su verdadero potencial. En cifras:
- 40 % de los compradores afirman haber recibido menos de 15 min de explicación sobre los ADAS.
- 62 % nunca han activado el frenado automático de emergencia.
- 78 % consideran que la terminología de cada marca es “un lío de cables”.
“Si el conductor no usa las funciones en los primeros 90 días, lo más probable es que las deje de lado para siempre”, advierte el estudio.
¿Por qué los conductores siguen perdidos?
- Jergas distintas: Cada marca emplea nombres propios (por ejemplo, “Co‑Pilot Assist” vs. “Intelligent Cruise Control”), lo que genera confusión.
- Falta de práctica: La mayoría de los usuarios solo ven los botones una vez, sin una demostración guiada.
- Miedo al cambio: Muchos prefieren el “método de siempre” antes que arriesgarse a confiar en una tecnología que no comprenden del todo.
Obstáculos en la capacitación
Lenguaje enrevesado entre marcas
| Marca | Nombre del ADAS | Función principal |
|---|---|---|
| Audi | “Pre‑Sense City” | Frenado automático de emergencia |
| BMW | “Active Cruise Control” | Control de velocidad adaptativo |
| Toyota | “Safety Sense” | Conjunto de asistencias (frenado, aviso de cambio de carril, etc.) |
Como se ve, el mismo conjunto de sensores puede recibir tres nombres diferentes. El conductor, al escuchar “Safety Sense”, piensa que es algo exclusivo de Toyota y se lleva una sorpresa cuando su nuevo coche de otra marca tiene una función similar bajo otro nombre.
Tiempo insuficiente en el concesionario
Los estudios apuntan a que 40 minutos sería lo ideal para una sesión de entrenamiento, pero en la práctica se quedan en 10‑15 min, y gran parte de ese tiempo se dedica a hablar de la garantía o del precio. El resto se pierde en “¿qué tal el consumo?” y “¿le gusta el color?”.
- Poco espacio para probar los sistemas en carretera.
- Demasiada información en una sola charla, lo que lleva a que el cliente “se quede en blanco”.
Consecuencias de la falta de adopción
Cuando los conductores no aprovechan los ADAS, se desperdicia una inversión multimillonaria en seguridad y desarrollo. Además, se corre el riesgo de que los accidentes que podrían haberse evitado vuelvan a ocurrir, lo que a la larga socava la confianza del público en la tecnología automotriz. En otras palabras, se está “tirando el dinero a la basura”.
¿Qué se puede hacer?
- Capacitación estructurada: ofrecer módulos de 15 min cada uno, con pruebas prácticas en pista cerrada.
- Unificar la terminología: crear un glosario estándar (p.ej., “Frenado de Emergencia Automático – FEA”) que todas las marcas adopten.
- Material audiovisual: videos cortos y animaciones que expliquen paso a paso cada función, accesibles desde la app del coche.
- Recordatorios en el vehículo: notificaciones suaves (“¡Oye! ¿Has probado el asistente de mantenimiento de carril?”) durante los primeros 90 días.
- Formación del personal de ventas: que los vendedores sepan explicar los ADAS sin usar jerga técnica, y que practiquen con los clientes en tiempo real.
Con estas medidas, la brecha entre la alta tecnología de los autos y la comprensión del conductor podrá cerrarse, y los sistemas diseñados para salvar vidas dejarán de ser “el elefante en la habitación”.
En definitiva, la tecnología avanza a paso de gigante, pero el entendimiento del conductor sigue atascado en primera. Es hora de que la industria deje de hablar en clave y empiece a enseñar en claro.