El incremento en los precios del gas importado desde Estados Unidos hacia México ha puesto sobre la mesa la necesidad de fortalecer la producción nacional —especialmente a partir de los yacimientos en el norte de Tamaulipas—, para evitar consecuencias negativas tanto en el sector energético como en la economía del país. Durante el presente año, el costo por millar de pie cúbico subió aproximadamente un dólar con respecto a la tarifa de 2024.
La continua dependencia del suministro estadounidense representa un riesgo significativo. Walter Ángel Jiménez, secretario de Desarrollo Energético, advirtió que cualquier cambio en la política de exportación norteamericana podría dejar en una posición vulnerable a la región. Aunque actualmente el gas natural que llega a México tiene uno de los precios más competitivos del mundo, urge potenciar la extracción en dos cuencas clave: Burgos y Tampico-Misantla. Estas regiones no solo albergan reservas de gas y aceite no convencionales, sino que también garantizan el abasto necesario para la generación eléctrica nacional.
Con el inicio del año llegaron los nuevos ajustes tarifarios: en diciembre de 2024, el precio era de 3.14 dólares por millar de pie cúbico, pero en enero ya se cotizaba a 4.22 dólares. Frente a esta situación, el funcionario consideró que asegurar precios estables y apostar por una mayor producción nacional ofrece —ventajas estratégicas— disminuyendo así el riesgo de interrupciones en el abasto provocado por una eventual restricción en las exportaciones de Estados Unidos.
La Cuenca de Burgos, que se extiende desde la frontera hasta la costa de Soto La Marina, junto con la Tampico-Misantla, poseen condiciones ideales para explotar estos recursos y contribuir de manera significativa a la independencia energética del país.