La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) anunció que la osa Mina, que estaba en estado de salud muy delicado en el zoológico del Parque La Pastora, Monterrey, fue trasladada con éxito. El caso dio mucho de qué hablar en redes sociales, no solo por el evidente deterioro físico, sino también por la ola de apoyo que generó entre los usuarios.
Operativo arriesgado
El plan para mover a Mina resultó una verdadera cuerda floja. La animalito sufría de una infección bacteriana, problemas renales y hepáticos, y además tenía dificultades en sus patas. La tensión era alta —había miedo de que el vuelo a Pachuca le fuera demasiado pesado— pero, contra todo pronóstico, llegó sana y salva a las instalaciones de la Fundación Invictus, donde ahora recibe atención especializada de un equipo dedicado.
Acompañamiento médico
Para garantizar su bienestar, se sumó al operativo un médico especialista en medicina biorreguladora, venido directamente de Colombia. Ericka Ortigoza Vázquez, directora de la fundación, comentó que Mina fue ingresada en una zona de aislamiento, cuidadosamente preparada y libre de moscas, en cuarentena y con la intención de ofrecerle un entorno sanitario óptimo. Aunque la condición del animal sigue siendo grave, ya se observan signos alentadores y un leve levantón en su ánimo.
Este trabajo refleja lo crucial que es proteger a especies vulnerables, incluso en situaciones tan complicadas. La atención especializada puede marcar la diferencia en la recuperación de animales como Mina, y demuestra que, con dedicación y recursos, es posible darle una segunda oportunidad a la vida salvaje.
