Guadalajara, 26 oct (EFE/Proceso).- Lía y Mía Cueva Lobato, gemelas de 14 años oriundas de Guadalajara, México, se perfilan como las grandes promesas de los clavados sincronizados al aspirar al oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, bajo la tutela del entrenador Iván Bautista, artífice de cuatro medallas olímpicas para el país.
Las hermanas, que debutaron en la élite internacional este 2025, acapararon reflectores en la Copa del Mundo de Clavados celebrada en abril en Guadalajara, donde conquistaron la medalla de plata en la prueba de trampolín de tres metros sincronizados, solo superadas por la dupla china.
Además, sumaron un bronce mundial en la misma especialidad, consolidando su ascenso meteórico en un deporte donde la sincronía y la precisión son clave.
Hijas de Jorge Cueva y Paulina Lobato, forman parte de una familia enteramente deportiva: junto a su hermana mayor Suri y el pequeño Paulo -quien ya acumula medallas en gimnasia-, han transformado su hogar en un santuario de logros. Paulina, orgullosa, adornó el árbol navideño familiar con unas 50 medallas de oro ganadas por sus hijos, cada una etiquetada con el nombre del atleta y la prueba correspondiente.
"Aquel fin de año fue divino para la familia", rememora la madre, quien capturó el momento en fotos y videos junto al imponente adorno de tres metros de altura.
El camino de Lía y Mía hacia los clavados inició en 2016, cuando, con apenas cinco años, jugaban en los catres elásticos del gimnasio seco en Guadalajara.
Inicialmente dedicadas a la gimnasia, Mía fue rechazada por su estatura, un revés que Paulina describe como el detonante de su destino acuático. Fue entonces cuando Iván Bautista, al enterarse de que Mía tenía una gemela idéntica, vio el potencial: "¿Cómo que son gemelas? ¿Y está igual, así como ella?", exclamó con ojos brillantes, según relata Paulina.
"Recuerdo su cara. Yo creo que él ya no se acuerda, pero le brillaron los ojos", agrega. Bautista, pragmático, aconsejó: "Ahí déjalas, lo que aguanten". Aquella "chispita", como lo llama la madre, encendió una trayectoria que las ha llevado de juegos infantiles a podios internacionales.
Bautista, quien proyecta su participación en Los Ángeles 2028, entrena a las gemelas en las instalaciones de Guadalajara, enfocándose en la sincronía perfecta del trampolín de tres metros. "Desde ahí empezamos", dice Paulina sobre el compromiso inquebrantable del entrenador, quien ha forjado campeones como Paola Espinosa y Alejandra Orozco.
A pesar de desafíos iniciales como el rechazo en gimnasia, la dedicación familiar ha sido su mayor fortaleza. Las hermanas no solo compiten; inspiran a sus hermanos y mantienen un equilibrio entre disciplina y alegría, como evidencian las anécdotas hogareñas de medallas como ornamentos festivos.
Con el oro olímpico en la mira, Lía y Mía representan la nueva generación de clavadistas mexicanas, listas para saltar hacia la gloria en 2028.